martes, 8 de abril de 2014

Éxito y Triunfo



Dr. Jaime Mustafá Ventura                             

Cuando hablamos de éxito y triunfo por lo regular asimilamos los conceptos como sinónimos de un bienestar de logros y objetivos prediseñados.  Sin embargo la realidad es que encierran diferencias marcadas.
El éxito es un logro personal en cualquier ámbito ya sea, laboral, familiar, empresarial, personal, social entre otros;  el Triunfo se podría asumir lo mismo pero con una conceptualización más profunda porque encierra una felicidad compartida.
El éxito es un logro fundamentalmente de apariencia, no encierra tantos principios y valores como el  triunfo, se asocia a un objetivo marcadamente de ganar, siempre ganar; ser exitoso no significa necesariamente que seas feliz, en cambio, para ser triunfador produce el placer de la Felicidad Plena, porque el triunfo se basa en los principios y valores para su logro, se basa en el bien común y no el personal, es aceptar la diferencia y aprender con los demás y de los demás, es el logro de un equilibrio en todo los ámbitos de la vida.



 El triunfador se diferencia del exitoso porque todo lo que hace lo viste con la túnica del amor por lo que hace, su trabajo, su colaboración social, su familia, su preparación académica, su oficio de elección y siente orgullo y placer de hacer lo que emprende. Es así, como personas exitosas se convierten en personas triunfadoras cuando hacen lo que hacen con sincero amor. 
Ser triunfador debe formar parte de nuestra objetivación de vida, se desarrolla, se culturiza para aprender a ser y vivir como triunfador. Se debe marcar la diferencia de ser además, de exitoso, un triunfador. Es un equilibrio de vida personal.
En un paseo por un BULEVAR DE LA VIDA, un día no precisado y dando seguimiento a un Edecán formidable como es Pablo McKinney, hacia reflexionar sobre Triunfar  y yo agrego Fracasar.
Corremos desesperadamente tras  el triunfo sin saber que es. Y así: confundimos el amor con el gustar, el hogar con una casa, el triunfar con el reconocimiento social.
Corremos desesperadamente tras el  éxito, sin saber  que solo habremos triunfado: Cuando el egoísmo no limite nuestra capacidad de amar. Cuando no tratemos de hallar las repuestas en las cosas que nos rodean, sino en nuestra propia persona. Cuando sepamos obsequiar nuestro silencio a quien no le pide palabras, y nuestra ausencia a quien no nos aprecia.
Cuando sepamos distinguir una sonrisa de una burla, y prefiramos la eterna lucha, a la compra de la falsa victoria. Cuando actuemos por convicción y no por adulación. Cuando podamos ser pobres sin perder nuestra riqueza, y ser ricos sin perder la humildad.
Cuando sepamos perdonar, tan fácilmente como sabemos disculparnos. El que tiene carácter y personalidad de triunfador se conoce en su accionar pues es una persona que se ocupa de las cosas pequeñas con mira que las sumatorias de las mismas la convierte en grandes cosas.
No son las cosas que hacen grande al hombre, el hombre hace grande las cosas. Eso es la visión de un triunfador. El triunfador siempre ve la vida con optimismo, con un enfoque positivo, ve siempre las condiciones favorables y desfavorables como elementos inherentes a las actividades humanas. No hay nada que se pueda realizar sin la necesidad de vencer un obstáculo.
Los triunfadores aprenden lo que los fracasados no  logran interiorizar, aprenden a manejarse en las condiciones adversas y aprovechan las que les son favorables. Nunca pierden de vista el objetivo. 



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